27 de diciembre de 2013

Aturdido



Aturdido por el silencio de cuerpos apilados,

apilados en apiladeros de concreto,

de rígido concreto,

apilados y amuchados,

ruidosas capaz de silencio entorpecen mi descanso.



Descalzo con los pies en la gotera,

con la sucia y clara compañía de los dioses,

de los dioses del concreto,

dioses apilandos, cuerpos aturdidos y en silencio,

descalzos y sedientos,

aturdidos y apilados en jaulas, en celdas, vigilados y confundidos,

risueños algunos, seriotes los más.



Hijos, primos, nietos, 

tíos, sobrinos, padres,

suegros, hermanos, madres, huérfanos,

todos apresurados – huyendo del tiempo,

agitados, extasiados, agotados, otros felices,

cuerpos presentes, tientas de letras,

veloces caprichos intactas vidrieras,

ilusas caricias en tristes siluetas,

miren no miren, suelten sostengan,

abran, aprieten y así soporten.  

8 de diciembre de 2013

saltos de mí




mis sueños

y los tuyos

pasearán en vela

desnudos

en una noche de estrellas 

mis lagrimas

y las tuyas

se abrazarán en caricias 

riendo

y cantando 

bajo una absurda lluvia de voces 

16 de julio de 2013

El Dios “Cerdito”


El Dios “Cerdito”
La enajenación de un espíritu


Despertó caprichoso el Dios “Cerdito” y comentó:
Han estado ultrajando mi espíritu, yo lo he permitido.
Han de rebuscarse para hacerme enfadar, he sido lo suficientemente permisivo.
Han enfermado mi cuerpo y mi alma también, he sido complaciente.
Justificó sus dichos, jadeante como agitado por sus ideas.
Incrédulo pero voraz, como embelezado por sus pensamientos, continuó:
Monstruos!!! Pensó.
Quiero traerlos a todos aquí y empalar sus corazones con palabras. Usar palabras que patrones usan con sirvientes para lacerar cada rincón de sus inútiles cuerpos.
Soy un amo. Soy mi amo y el de todos. Como es que me tengo que enfadar. Los amos no se enfadan fácilmente.
Vayan y traigan, mandó a unos siervos. Cojan todo el lodo y el estiércol que encuentren, no vuelvan sino con carretilladas y carradas de estiércol y lodo. Traigan también, osamentas, desperdicios, frutas podridas, huesos frescos, tripas, mierda, cuero, sangre coagulada o líquida, da igual. ¡¡¡Traigan todo. Maten si acaso fuera necesario, pero háganme caso.!!! Gritó, enfermo de ira.
Ciervos, fieles y algunos lamebotas salieron a los caminos.
El Dios Cerdito blasfemaba, revolcándose en unos pastos secos que acolchonaban una majestuosa piedra. Días pasaron. Días enormes.     
Al regreso. ¿Y? preguntó a uno de los serviles. No hemos dado precisamente con lo que pidió. El Dios Cerdito observó. Observó como observan los espíritus que mandan a buscar algo en especial. Examinó lo recolectado, lo robado, lo ultrajado, lo asesinado por su ambición, por el desprecio que justifica cualquier acción.  
Y se lanzó.
Se lanzó a eso que otros dioses no se lanzarían jamás. A esas bellas tempestades. A esas sabrosas osamentas. A esas sopas putrefactas que aman bañar los cuerpos de cerdos usureros y verdugos. A esas que pertenecen a otros espíritus. ¡A esas! A esas, se lanzó.
El Dios Cerdito y ellas se abrazaron, se estrecharon, se fundieron, se estremecieron. 
El Dios Cerdito cándido, jocoso incluso frenético, alardeaba. El júbilo de sus tripas, de su asqueroso aspecto inframundista, robó la dinástica esencia de sus dioses.
El Dios Cerdito despojado, escéptico, pavoroso y desnudo. Desnudo de júbilo. Desnudo de su propia desnudez. Desnudo, de toda desnudez posible, amó y embelleció. Se sintió unido a sí. Se ocupó de esas pasiones y se volvió a lanzar.
Y se volvió a lanzar una y otra vez, como no podría ser de otra manera, cuando uno se ocupa de sus pasiones.
  


29 de mayo de 2013

la palabra inexistente





Cada vez que ensayaba una explicación.
Una sórdida e indecisa respuesta o fundamentación.
Cada vez que podía llegar a estar sentado entre unas letras distraídas, inconexas y pasibles.
Cada vez se hacía más obtusa, más errante, más lejana.
Cada vez volvía con la vista a palabras que seducían de alojarme porque había caricia en sus miradas.
Cada vez me decían, una y otra vez. Buscaba con paciencia pero con vigor. Con prisa pensada. Pero aún así, no aparecía. Buscaba.
Eso incontrolable que me habla. Que me mueve. Que me siente.
Que se me escapa, en algún lugar de cada una de las palabras que conozco y conocí.
Eso que será, si puede ser, no aparecía.
Todo ello se buscaba en si mismo. Esa indomable sensación de intentar siempre hacer algo distinto. Ese silencio colmado de colores, ese vacío repleto de sonidos, ese pedazo de universo preñado de vida, esa oscuridad que se mira al espejo cuando la luz se ausenta.
Eso que conecta mis sueños y a su vez los despabila. Eso que se sabe retirar en ocasiones especiales. Esa mirada que no alcanza a mirarse. Eso que anda por ahí, pero por ningún lado. Esa sensación antojadiza de creer saber de a ratos lo que se busca. Esa herida que es sangre y también universo.
Esas, esos, estos y aquellos, esa que hoy hizo mirar algo nuevo, esa que se estiró al punto de rasgar la ilusión de mis pupilas.
Esa, a lo mejor no exista.



     



14 de mayo de 2013

Mercado Mundial de Pistolitas de Agua




Mercado Mundial de Pistolitas de Agua
Seducción norcoreana


¿Amigos hicieron acuerdo?
Yanquis asumen que los dispositivos ahora incorporados a la colección de “soldaditos de juguete”, suplantarían operarios en algunas fábricas como las de Detroit, sería una forma de pagar menos y ahorrar en mano de obra calificada. Este ajuste frente a una crisis[1] a escala mundial, a corto plazo no sería una medida acorde a sus expectativas, pero a largo plazo tendería a resolver el problema de la desocupación americana, ya que habría más brazos para empuñar esas “pistolitas” y más “celebraciones” que permitan comprar y revender “fuegos de artificio”.


I Calvino. Y la guerra que es después de todo, sino este pasarse de mano en mano cosas cada vez mas abolladas   


[1] Monopolio del capital y/o estrategias a fines, que quienes controlan los recursos mas valiosos para una época de globasocialización de las economías y capitales, también  pactan con las compañías y sociedades económicas globales que más les hacen ganar y administran así, la comida, temperatura, sexo, estrés, adicciones, enfermedades, días de vida de seis mil millones de seres humanos .  

7 de mayo de 2013

Los muros siguen aquí



 
 

Los muros están aquí.
La luz espera.
Algunos transeúntes se atreven a desafiar su espesura. Otros ya han renunciado.
Los muros siguen aquí.
Los miedos son edificados, y ellos también edifican. A cada paso, la movilidad, la delgada piel de nuestra oscuridad. Alumbrada, transparentada.
Los muros están aquí.
Casi ocaso de una tarde enmudecida, bajando y subiendo. Muda e invisible, como nosotros.
Los muros siguen aquí.
Corro, transpiro, huyo. Ni siquiera me siguen pero los siento, no se esfuerzan pero están. Nos volvimos invisibles me digo, luego grito. Me miran al oírme, pero no me ven. Retumba. Pero los muros, los muros siguen aquí.
Ya no me pregunto ¿Por qué? ya no quiero saberlo. Ni necesito explicárselo a nadie, nadie los ve. Tampoco yo. Son endebles pero están. En presencia de tu ausencia están. Se sienten. Tienen presencia. Ellos irrumpen y persiguen.  
Esos siguen aquí.
Esos que separan sin sentido, que ausentan, que nos desconocen, que desorientan, que entorpecen, que suponen, que ignoran, que niegan al otro, que suspenden intenciones, que atrofian, que engañan, que acusan, que insensibilizan. 
Esos que gratuitamente pero con labor, muchos proponen con sus opiniones, día tras día. 
Esos; esos muros, siguen aquí.
 


      

22 de abril de 2013

ocho minutos







¿Que podría ocurrir en ese lapso? Con errores sin ellos, con ganas sin ellas, con todo sin nada. Parecieran caer esos números de posibles acertijos en el segmento de una póstuma espera, de quien habita la imaginación a diferencia de quien corre tras ella.
Solicito se actúe en consecuencia, decía alguien en la vereda del centro. ¿Quien puede escuchar allí? ¿Quienes oyen en el bullicio? Tanto más que eso tardará el propio recorrido de ocho minutos.
¿Quienes serán esos, ocho? Sigo, veo de repente que alguien abre la puerta de su auto, supongo que debe ser suyo, suelta unas bolsas en su interior y mientras ingresa levanta la vista, y me ve, me descubro. Me veo en sus ojos. Sigo. Acorto mis pasos para verme más de cerca. Adiós, pronuncia, adiós.
Vuelta sin caer en mis ocho minutos, simple pero capaz. ¿Se nos han desvanecido? ¿tanto más que esto tardará el propio recorrido de otros ocho minutos? 

2 de abril de 2013

quieta






quieta está mi pena,
quieta como una hoja al percibir su caída

quieta y en escamas,
se trizan sus sabores

quieta y en ronquidos taciturnos,
como doblegados en sus sueños

quieta como la espesura,
de un almíbar lento

quieta y falsa realidad
que alguien imaginó por ella

si una verdad existiera cierta vez,
se alejaría lentamente,

quieta,
pero movediza.

25 de febrero de 2013

el ombligo del atardecer



planicie esteparia
sucumbió en mi retina
la inmensidad
de sus ventanales


algunos alambrados
vencidos por la fuerza del tiempo
inclinaron sus miradas
como derritiendo
el polvo que el camino
en paralelo
nos servía


el cielo apareció
como un lienzo interminable,
unas pocas pinceladas
yacían inmóviles
en el horizonte
que poco a poco
entre formas y sonidos
combinaron
un lila grisáceo
que estallaron
en las miradas de los viajeros


los gorriones
silbando bajito
como pidiendo permiso
arreaban lentamente
las persianas
en el ombligo del atardecer  


seres serpenteando
el camino de sus deseos
salpicaron de alegría
los cristales
que huían lacerados
en el reflejo imponente
del más rojizo y profundo sol
que he podido admirar hasta hoy. 

21 de febrero de 2013

mirada

 
corrías tras un billete de amuleto,

caminando en profética melodía,

te miro y suspiro solo a caso,

si se queja mi sangre,

mas cuando de cerca se mira,

más se aparta la mirada

23 de enero de 2013

esa campana y unas semillas





entre paredes de miel
una campana
sujetada
sin poder sacudirse
gritaba

intentando agitar
el péndulo pendiente
del sonoro
badajo

unas semillas
en algunas brisas

caminantes
de la nocturnidad
de campos intransitables
a la luz del día

esbozaron una
viva sonrisa
que simbolizó
la complicidad
en la invitación

y el resplandor
de sus sueños
enceguecieron
a las mas
brillantes estrellas
de la nada

8 de enero de 2013

sin letra




los árboles movieron los brazos

invitando llegar a las aves

el silencio se volvió veloz

como el sonido.



colmaron las campanas

las chimeneas de agua



un espejo profundo

animó un brillo tenue

al lado quedaron los años

casi se tocaron aquella noche




se desplomaron ante mi impaciencia



pude escribir un verso sin letra

pude ensayar creyendo

esculpir la inmensidad 



de inmediato

las palabras se volvieron nada

y el lecho de ellas 

abrieron el cielo en relámpagos



el fondo quizá nunca

se enteró de lo profundo

y quizás a esas palabras

tampoco las conozcas jamás

4 de enero de 2013

2:05





solo el rocío de tu escalofrío
puede despabilar mi rostro

solo el vicio de vivir
puede esperar

no hace falta
destripar a un cordero

para oír latir
su fragilidad

¿mear ansiedad?

antes de terminar de mear tiro la cadena corre el agua me ayuda a seguir meando sigo y veo el agua del inodoro sigue...