¿Que podría ocurrir
en ese lapso? Con errores sin ellos, con ganas sin ellas, con todo sin nada.
Parecieran caer esos números de posibles acertijos en el segmento de una
póstuma espera, de quien habita la imaginación a diferencia de quien corre tras
ella.
Solicito se actúe
en consecuencia, decía alguien en la vereda del centro. ¿Quien puede escuchar
allí? ¿Quienes oyen en el bullicio? Tanto más que eso tardará el propio
recorrido de ocho minutos.
¿Quienes serán
esos, ocho? Sigo, veo de repente que alguien abre la puerta de su auto, supongo
que debe ser suyo, suelta unas bolsas en su interior y mientras ingresa levanta
la vista, y me ve, me descubro. Me veo en sus ojos. Sigo. Acorto mis pasos para
verme más de cerca. Adiós, pronuncia, adiós.
Vuelta sin caer en
mis ocho minutos, simple pero capaz. ¿Se nos han desvanecido? ¿tanto más que esto
tardará el propio recorrido de otros ocho minutos?