entre
paredes de miel
una campana
sujetada
sin poder
sacudirse
gritaba
intentando agitar
el péndulo pendiente
del sonoro
badajo
unas semillas
en algunas
brisas
caminantes
de la
nocturnidad
de campos intransitables
a la luz del
día
esbozaron
una
viva sonrisa
que simbolizó
la
complicidad
en la
invitación
y el resplandor
de sus
sueños
enceguecieron
a las mas
brillantes estrellas
de la nada