planicie
esteparia
sucumbió
en mi retina
la
inmensidad
de sus
ventanales
algunos
alambrados
vencidos
por la fuerza del tiempo
inclinaron
sus miradas
como
derritiendo
el
polvo que el camino
en
paralelo
nos
servía
el cielo
apareció
como
un lienzo interminable,
unas
pocas pinceladas
yacían
inmóviles
en el
horizonte
que
poco a poco
entre
formas y sonidos
combinaron
un
lila grisáceo
que
estallaron
en las
miradas de los viajeros
los
gorriones
silbando
bajito
como
pidiendo permiso
arreaban
lentamente
las
persianas
en el
ombligo del atardecer
seres
serpenteando
el
camino de sus deseos
salpicaron
de alegría
los
cristales
que
huían lacerados
en el
reflejo imponente
del
más rojizo y profundo sol
que he
podido admirar hasta hoy.