26 de marzo de 2012

El primer origen


El dominio de la gestación del embrión humano posteriormente convertido en feto, se origina en la composición de los óvulos producidos por una hembra humana y los espermatozoides segregados por un macho humano. Es así que aparece de inmediato la metáfora inaugural que habla del amor y el asombroso fenómeno de la vida, el encuentro; relacionado directamente con lo que Francisco Varela[1] llama empatía.
La concepción es el origen del feto en el dominio de la gestación. Llega así a ese mundo en el cual permanecerá alrededor de nueve meses, en los cuales irá explorando y vivirá experiencias frustrantes y gratificantes como cualquier feto. Estará en contacto permanente con el universo concreto e imaginario de la madre y desplegará capacidades que el medio le permita y le demande para sobrevivir y desarrollarse. Gran parte de la conexión feto-maternal estará dada por el cordón umbilical.    
Para que esa primera composición, tenga lugar y luego vaya creciendo en forma de feto, tiene que haber encuentro de dos cuerpos o como la ciencia en la actualidad ha podido lograr no necesariamente; pero lo que sí sigue siendo indispensable son las sustancias compositoras de ambos sexos, que no necesariamente coinciden con la sexualidad elegida.
A partir de allí, e imaginemos un encuentro corporal intenso, apasionado y dominado por el frenesí de una actividad sexual en la que ambos logran alcanzar sus respectivos orgasmos, los cuerpos quedan extenuados, perplejos y agotados. Surge así la metáfora de abandono o regalo. Ambos cuerpos en ese encuentro se despojan y/o regalan al otro algo en forma de brindar o festejar ese encuentro. Por eso hay agotamiento, cansancio y perplejidad, que son matices cercanos a las emociones relacionadas con el abandono. Algo adolece después de la experiencia de hacer el amor. Algo ya no está, hasta el próximo encuentro. Algo nuevo surge de allí, pero algo se transforma en otra cosa a partir del encuentro.
El principio de la gestación está dado como ya lo he dicho por el encuentro de dos sustancias diferentes que componen una nueva, en este caso un ser embrionario.
No haré demasiado hincapié en el tránsito por el mundo de la gestación, primero porque podría resultar demasiado agotador, segundo porque creo vale considerar estudios muy desarrollados al respecto que fundamentan suficientemente lo que de manera escueta aquí estoy intentando transmitir, y tercero supongo que me interesa mas rescatar los nudos fundantes, es decir los orígenes de los tres dominios a transitar en nuestro andar por el universo y las vicisitudes cercanas al tema del amor acaecidas allí.


[1] La Belleza de Pensar. Entrevista a Francisco Varela. http://www.youtube.com/watch?gl=AR&v=HAUNjIDniyk

1 comentario:

LAO dijo...

a mi lo que me preocupa es que ese bebé no puede defenderse por si mismo y muchos se atribuyen la deidad de determinar sobre su vida. Gracias por el tema!!

¿mear ansiedad?

antes de terminar de mear tiro la cadena corre el agua me ayuda a seguir meando sigo y veo el agua del inodoro sigue...