El momento de gran conciencia es el instante. Un lapso de
conciencia plena donde se despliega una capacidad intencional de sostener
actualidad plena, y que resulta innegable. Sin embargo si ese esfuerzo, esa
intencionalidad disminuye también disminuye su carácter sagrado. Lo místico del
instante es el destello enceguecedor de la conciencia inmediata, la desnudez,
desnuda de toda desnudez posible. Es el asombro del escalofrío por una tenue
caricia que nos pone por ese instante de cara a nuestra nobleza existencial, o
como dice Heidegger con ““lo Dasein”. Con él se designa al cual su propio modo
de ser no le es indiferente en un sentido determinado” .
Quizás también ello sea el amor, esa capsula silenciosa
donde parece todo detenerse de repente en un gran vacío sagrado.
1 comentario:
Es como una exaltación del espíritu, un estado de Gracia superior que nos transporta a un mundo dificil de explicar con palabras....Gracias y muchos saludos Deme!!
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